Las emociones están presentes en nuestra vida. La capacidad de expresar, regular y comprender las propias emociones y las de los demás, es conocida como competencia emocional. Está relacionada con las buenas habilidades sociales y con un mejor desempeño en la escuela. Pero, ¿Cómo padres sabes entender emociones?¿Crees que en realidad, tienes conocimiento de qué sienten tus hijos?
Las diferencias en la competencia emocional de los niños se pueden observar desde una edad muy temprana. Por ejemplo, algunos niños pequeños harán un berrinche cuando no se les permite tomar un helado antes del almuerzo. Pero, otros que son mejores para regular sus emociones, no lo harán.
Uno de los principales contextos en los que los niños aprenden sobre las emociones es con su familia. Es a través de las interacciones con sus hermanos y padres que un niño aprende a comprender qué hacer cuando su madre está molesta o cómo negociar la ira de su hermano cuando rompió su juguete favorito.
A medida que los niños crecen, la familia extensa, los compañeros, los maestros y lo que leen o miran también son relevantes para el desarrollo de la competencia emocional de los niños.
Las madres que mencionan más palabras de emoción como “triste”, “culpable” o “feliz” en una conversación con sus hijos, tienen hijos con un mejor nivel de comprensión emocional que aquellas cuyas madres no hacen esto.
Del mismo modo los padres que explican las causas y consecuencias de las emociones (“Estoy enojada porque pintaste en la pared”) tienen hijos con un nivel más alto de comprensión de las emociones que los niños cuyas madres no lo hacen y simplemente dicen “Estoy enojado”.
A partir de una edad temprana, los niños que son emocionalmente competentes pueden adaptarse mejor a la transición entre la guardería y la escuela. Están en mejores condiciones de afrontar las demandas más desafiantes de la vida escolar y, al mismo tiempo, tienen menos apoyo personal.
Estos niños continúan obteniendo mejores resultados académicos a lo largo de los años escolares. Manejarán mejor el estrés y la ansiedad que con frecuencia provoca la vida escolar.
Hay dos razones principales por las que los niños que son emocionalmente competentes tienden a obtener mejores resultados académicos en la escuela. Primero, estos niños como mencionamos anteriormente, tienen más amigos y son más populares entre sus compañeros. Y, segundo también tienen una mejor relación con sus maestros los cuales seguramente les exigirán aún más.
Sin duda las emociones juegan un papel fundamental en el aprendizaje. Algunos investigadores incluso sugieren que aprender es simplemente una experiencia emocional.